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miércoles, 19 de mayo de 2010

ORGULLO Y ASOCIACIONES DE ATEOS

Como señala la declaración de principios de este blog, hay una serie de temas en que las personas que se dicen ateos no coinciden. Desde mi perspectiva, ésa no es una falencia sino una virtud; el hecho de que se genere un debate hace a las ideas cada vez más fuertes y atractivas. Por esto, quisiera iniciar esta entrada sosteniendo que lo que viene a continuación no es una certeza, sino más bien una serie de ideas relacionadas entre sí que tienen como único objetivo posicionar ciertas opiniones respecto al ateísmo. Debido a esto tu opinión se vuelve más relevante que nunca, por favor ¡opina y postea!

Hace poco leí el post de una amiga en Facebook en el que hablaba sobre el “Orgullo Ateo”. A raíz de esto me surgieron una serie de preguntas respecto al tema. ¿Por qué hay menos proselitismo ateísta que de otros temas como derechos animales, minorías sexuales, grupos pro legalización de la marihuana[1], etc? ¿Será que es difícil aceptarse ateo en una sociedad como la que vivimos? Si esto último es efectivo, ¿por qué es así? ¿Por qué existe tan poco “orgullo ateo”? La respuesta más obvia que se me ocurre tiene que ver que la sociedad en la que vivimos se autodenomina "estadísticamente" creyente. Más allá, tiendo a creer que, aparte de que la sociedad se autodenomine creyente en su mayoría, existe una serie de instituciones asociadas a la religión que inhiben la posibilidad del orgullo. Instituciones educacionales -colegios y universidades-, instituciones de caridad, entre otras, están tan fuertemente arraigadas en nuestra sociedad que muchos por temor a ser discriminados, no se manifiestan como "orgullosamente ateos".

Entonces, ¿qué hacer? ¿Cómo deben actuar quienes se dicen ateos? ¿Cómo pueden promover sus ideas en una sociedad como la nuestra? Instintivamente creo que existen dos posibles caminos: la asociación y la promoción. A continuación trataré de explicar las virtudes y defectos de esos caminos. Sin embargo, y como dijimos, no consideraremos uno como mejor que otro.

Creo que la primera solución sería, hipotéticamente hablando, una agrupación de no creyentes que se encargue tanto de proteger a los ateos de la discriminación de la sociedad como también crear otra serie de instituciones anexas (educacionales, caritativas, etc.) que se dediquen a competir palmo a palmo con las instituciones creadas por personas creyentes. Tiendo a pensar que esto incrementaría notablemente el orgullo ateo ya que hará que aquellos que no se atreven a hacer publica su opinión si lo harían debido a que se sentirán parte de una agrupación.

No obstante, esta posibilidad también tiene sus defectos. Como se dijo antes, una de las virtudes de los que se dicen "ateos" es su apertura a la discusión de cualquier tema; esta virtud ha hecho de las ideas ateístas tan fuertes y sólidas. Ahora someter estas ideas a una organización proselitista implica que muchas de estas ideas no serán debatibles ya que éstas tendrán que ser estandarizadas por el beneficio de toda la organización. Todas las organizaciones se comportan de la misma manera, ya que cuando llega la hora de que el mensaje se propague, éste tiene que ser claro y sin dobles opiniones. Con esto, y considerando la eventual asociación atea, se pierde todo el debate intrínseco de este tipo de ideas.

Por otra parte, existe la posibilidad de promover estas ideas mostrando incluso sus discrepancias y desacuerdos. Al revés de lo que sucede con la idea de la organización, la mayor virtud de la promoción depende del hecho de que esta forma de fomento no esta asociada a ninguna organización y, por lo tanto, puede generar ideas cada vez más fuertes.

Las debilidades de esta forma de promoción son principalmente su lentitud y su incapacidad de hacer lobby político. Su lentitud, sin embargo, parece un defecto menor a la hora de promover. Perfectamente muchos de nosotros podemos soportar sembrar lentamente nuestras ideas, no obstante es difícil dejar pasarnos a llevar por ideas que con las que no comulgamos[2].

La idea del lobby político creo que es lo único que puede proteger nuestros derechos. Hoy en día esto se hace más indispensable que nunca, donde asociaciones religiosas imponen opiniones morales en el debate publica dejando a los no creyentes relegados a un segundo plano en el cual no pueden participar porque no son representados. Por poner un ejemplo, en EEUU las personas que se declaran ateas o agnósticas son tan considerables en proporción como la comunidad hispana o afro-americana. Estas últimas están presentes en el debate político, tienen representantes en ambos partidos que las protegen, además de una serie de instituciones que defiende sus derechos. Por el contrario las personas que se declaran agnósticos o ateos en Estados Unidos, y pese a ser un grupo considerable, no tienen nada que los defienda de, por ejemplo, imposiciones de la corte suprema que claramente dañan la base pública de la sociedad donde se supone las decisiones deber ser tomadas sin consideración de ningún credo religioso en particular. Un dato sobre la mesa: ningún presidente de los Estados Unidos se ha declarado o ateo o agnóstico a través de la historia, a su vez, la gran inmensa mayoría de los congresistas siempre son (o dicen serlo) creyentes. De más está decir que en Sudamérica el asunto no es muy distinto.

En conclusión, lo que me propongo en esta entrada claramente no es abogar por la creación de una sociedad de ateos ni mucho menos. Simplemente me propongo mostrar algunas fortalezas y deficiencias de hacer proselitismo ateísta con la intensión de contrastar opiniones y lograr generar un debate que nos permita a los no creyentes poder manifestar y promover sus ideas de mejor forma. No obstante, reitero, no tenemos ninguna certeza respecto al tema, así que esperamos tus opiniones y críticas.



[1] Tengo la sensación que el otro tema tabú del cual las opiniones son relativamente restrictivas es respecto al aborto.

[2] Cuando escribí la entrada pensé que la lentitud de la promoción de las ideas ateístas era un mal menor. No obstante, y pensándolo posteriormente, me di cuenta de que esa es una virtud que nos permite la sociedad en la que vivimos donde la ortodoxia religiosa no hace mella de nuestros derechos fundamentales. Me imagino, por poner un ejemplo extremo, que el hecho de una lenta promoción de las ideas afecta gravemente los derechos de mujeres que en algunas partes del mundo se ven obligadas a usar el burka a costo de su vida.

lunes, 5 de abril de 2010

¿POR QUÉ DIOS PERMITE TANTO DOLOR?

No hay otra vida; la vida misma es sólo una visión y un sueño, porque nada existe salvo el espacio y tú. Si hubiese un Dios todopoderoso, habría hecho todo bueno y nada malo (Mark Twain)

Un niño -luego de mirar la televisión- le pregunta a su papá por qué dios castiga de esa manera a las personas que sufrieron los efectos del terremoto del 27 de febrero. Pareciera que el único pecado que cometieron, en comparación a los que no nos vimos afectados, fue estar en el lugar y momento equivocado. Entonces, qué hicieron para merecer ese castigo; cómo le dices a un niño de 10 años por qué dios no los quiere.
Para un ateo no resultaría demasiado complejo explicarle a ese niño que la única diferencia entre esas personas y nosotros, los ilesos, son las circunstancias. No hay castigo, revancha ni enseñanza (a palos) de un ser superior. Simplemente, viven en un lugar que se ve afectado, de tanto en tanto, por el efecto del movimiento de las placas tectónicas. La ciencia lo ha confirmado y predice que seguirá sucediendo. No es un misterio que en algunos años más otros niños se impresionarán por el sufrimiento de las víctimas del efecto de la naturaleza.
Pero volvamos a dios y su castigo, su supuesto castigo.
Las religiones cristianas ante las múltiples evidencias que respaldan la Teoría de la Evolución, han desarrollado distintas estrategias para atacar las pruebas empíricas y racionales que refutan el carácter divino y antropocéntrico de nuestro origen. Primero, fue a través del creacionismo (que aún cuenta con bastantes seguidores, sobre todo en EE.UU.), y luego con la teoría seudo científica del diseño inteligente.
Básicamente, el diseño inteligente es una versión renovada del creacionismo que intenta dar densidad científica a las afirmaciones de su doctrina madre, que se vio contra la pared una vez que la ciencia refutó afirmaciones tan inverosímiles como que la Tierra fue creada en seis días y sólo tendría unos miles de años de antigüedad.
No nos centraremos en analizar el diseño inteligente, solamente diremos que es una argucia de la ortodoxia religiosa que intenta equiparar el discurso científico del evolucionismo con una ciencia “teísta”, a través de un discurso y pirotécnica que, a ojo ingenuo, pareciera ser seria y contrastada1.
El diseño inteligente concluye que tras la complejidad de la vida no puede no existir algo como la nada, sino que la mano de una fuerza inteligente que la organizó. Para diferenciarse del creacionismo, el diseño inteligente trata de obviar la palabra “dios”, pero no resulta demasiado complicado ver hacia dónde van.
En 2005, cuando George W. Bush se mostró partidario de enseñar a la par del evolucionismo las teorías del diseño inteligente, Noam Chosmky2 acuñó otro termino, el de “diseño maligno”: la crueldad del mundo, el dolor que vemos a nuestro alrededor, sería suficiente prueba para confirmar que si existe una mano tras la vida y nuestro mundo no puede ser ni inteligente ni amorosa. La ironía de Chomsky es certera: la creación divina de un ser superior (o fuerza inteligente) no está contrastada por la realidad. El diseño que defienden los religiosos podría ser cualquier cosa menos perfecta e inteligente.
Por supuesto, tras el dolor y muerte del terremoto no está dios, el karma o una fuerza parecida. De hecho, la Teoría de la Evolución aporta las piezas que faltan para comprender el dolor gratuito. Si hay imperfección en nuestro mundo, en la naturaleza, es simplemente porque vivimos en un proceso de evolución constante, explicado con mucho detalle por la microbiología, la geología y otras disciplinas científicas que, basadas en la razón y la experimentación, han derribando las cortapisas que la religión impone al conocimiento y el desarrollo intelectual.

domingo, 21 de febrero de 2010

DERECHOS ANIMALES Y RELIGIÓN.

Hace poco, vio la luz pública una campaña dedicada a promover los derechos de los animales. Esta campaña hacía una llamado ecuménico para que todos, absolutamente todos –religiosos, ateos, heterosexuales, homosexuales– respetásemos a los animales. A raíz de esto nos surgió la pregunta, ¿se puede ser creyente y a la vez respetuoso de los seres vivos no humanos? ¿Se puede tener parámetros éticos basados en la religión y a su vez otorgarle una igual consideración moral al resto de las especies?

Lo primero que me propongo explicar, de manera general, son cuáles han sido los principales argumentos que defienden una igual consideración moral hacia los animales, para posteriormente mostrar cuál es la relación de estas posturas con las ideas religiosas.

Sin duda existen muchos, pero muchos, argumentos que sostienen un trato digno hacia los animales. Sin embargo, creo que los más difundidos son los que desarrolló el filósofo australiano Peter Singer en su famoso libro Liberación Animal (1975). En dicho libro, Singer sostiene que la razón por la cual no maltratamos a seres humanos se debe a que los seres humanos son susceptibles al sufrimiento, ya sea éste psicológico o físico. Durante muchos siglos, los seres humanos fuimos escépticos respecto al sufrimiento animal y debido a esta razón creamos un sinnúmero de instituciones (entre ellas las religiosas) que le quitaban a estos seres vivos todo tipo de prerrogativa ética. Por suerte, las cosas han cambiado y hoy sabemos, a ciencia cierta, que los seres no humanos también son susceptibles al sufrimiento, tanto psicológico como físico, de manera similar de lo que son los humanos.

Ahora te preguntaras ¿cómo sabemos que existen seres vivos que también sienten? ¿Cómo delineamos que es un animal y una planta? ¿Será acaso que las plantas también sufren y, por lo tanto, debiéramos tener consideraciones éticas hacia ellas? La propuesta de Singer es que en la medida que los seres vivos tengan sistema nervioso central son susceptibles al sufrimiento; y si tienen un sistema nervioso central debiéramos tratarlos igual como trataríamos a seres humanos. Me imagino que no comerías carne humana, al igual que no usarías humanos para matarlos en actividades deportivas; no encarcelarías a mujeres para poder extraer leche con fines comerciales; no usarías a bebes para matarlos y poder investigar sus órganos. La solución política que propone Singer es que en el largo plazo debiéramos disminuir nuestro consumo de animales para, de ese modo, romper el círculo de comercialización de estos productos. En el largo plazo, propone Singer, debiéramos ser todos veganos.

Ahora, ¿cómo se relaciona todo esto con el ateismo? ¿Existe una relación directa entre el maltrato animal y las creencias religiosas? No creemos que exista una relación directa entre ser creyente y no ser respetuoso frente a seres de otra especie. Hemos conocido muchísimas personas que declarándose cristianas o católicas manifiestan un sincero respeto hacia los animales. No obstante, estos mismos creyentes que consideran la opción del respeto hacia los animales se reconocen como creyentes moderados o laxos.

Creyentes ortodoxos[1], por el contrario, se ven obligados hacia una actitud, no digamos beligerante, pero si arrogante y destructiva hacia otras especies. Recuérdese que según ellos, los seres humanos somos creados a “imagen y semejaza de Dios” lo cual implica, según la biblia, que tenemos ciertas ventajas comparativas frente a otras especies que los que sólo serían medios para satisfacer los designios humanos. En efecto, la biblia nos dice lo siguiente

Después bendijo Dios a Noé y a sus hijos. Y díjoles: Creced y multiplicaos y poblad la tierra. Que teman y tiemblen ante vosotros todos los animales de la tierra, y todas las aves del cielo, y todo cuanto se mueve sobre la tierra: todos los peces del mar están sujetos a vuestro poder. Y todo lo que tiene movimiento y vida os servirá de alimento: todas las cosas os las entrego, así como las legumbres y las hierbas. (Génesis 9:1-3)

En síntesis, lo que queremos manifestar es que, efectivamente, no hay una relación directa entre la no consideración moral hacia los animales y personas creyentes. Esto se debe a que la gran mayoría de las personas (sobre todo en Chile) son creyentes moderados. Sin embargo, para la ortodoxia religiosa, aquellos que creen que la verdad religiosa es revelada por la biblia, les es imposible el respeto hacia otras especias ya que, como citamos más arriba, todo cuanto se mueve sobre la tierra está sujeto a su poder.

Lo que es un hecho innegable es que hemos vivido en una sociedad en la cual sus tradiciones culturales más arraigadas son sustentadas por la religión, lo cual implica que, queriéndolo o no, hemos sido cómplices de este maltrato hacia otras especies. Obviamente, no podemos lamentarnos por ello, no obstante, lo que si podemos hacer es tomar conciencia sobre lo que sucede a nuestro alrededor. Posiblemente, una buena forma de ser concientes es imaginar como hubiese sido nuestro trato hacia otras especies sin la existencia de instituciones religiosas que proclamasen la superioridad humana por sobre otros seres vivos. Pregúntate ahora, ¿seríamos más conscientes frente a otras especies? ¿Crees que la arrogancia religiosa avaló la matanza y el maltrato de un sinnúmero de animales? ¿Seríamos más respetuosos de nuestro entorno si no hubiesen existido instituciones que se proclamasen como los dueños del mundo? Si tus respuestas hacia estos cuestionamientos son siempre positivas, ahí tienes otro punto relevante, aunque tangencial, en contra de la religión.

Por último, siguiendo con la tendencia de este Blog de presentar material audiovisual, te dejamos un documental sobre Ingrid Newkirk, lider de PETA (People for the Ethical Treatment of Animals), que creemos puede ser interesante.



[1] En esta entrada nos referimos principalmente a las religiones cristiana, musulmana y judía. Reconocemos el hecho de que tanto pequeñas religiones tribales como religiones orientales muestran un aprecio muchísimo mayor hacia otras especies de lo que lo hace las tres arriba mencionada.